Rojo pasión - Lara Santaella
16262
post-template-default,single,single-post,postid-16262,single-format-standard,bridge-core-1.0.2,qode-page-transition-enabled,ajax_fade,page_not_loaded,,vertical_menu_enabled,qode-title-hidden,side_area_uncovered_from_content,qode-theme-ver-26.8,qode-theme-bridge,disabled_footer_top,disabled_footer_bottom,qode_header_in_grid,wpb-js-composer js-comp-ver-6.4.0,vc_responsive

Rojo pasión

Descripción de la imagen: Primer plano de unos globos de rojo metálico simulando corazones, para el Día de San Valentín.

Lo reconozco, no me gusta San Valentín. No, no soy una amargada del amor ni una grinchona del cupidito del arco y las flechas. Sólo soy una persona más, sola y soltera, jartita de ver cómo el mundo se para por otro invento más, comercial o no.

En estas fechas me ocurre un poco como en la Navidad, donde siento —sin motivo, lo sé— que todo el mundo me está restregando por la cara una felicidad que, a día de hoy, me parece cuanto menos inalcanzable.

Sí, tengo cosas que ofrecer, pero poca gente que las quiera aceptar. Tengo muchísimo amor, mimos y cariño que dar, pero de momento la única que las acepta de buen grado —y no siempre— es la gata que vive en mi casa.

Es que si no te quieres a ti misma, nadie te va a querer

Ah, esa puñetera frase, esa maldita sentencia tantas y tantas veces repetida… y con cierto toque de realidad. No es cierto que nadie nos quiera si no vamos con una autoestima perfecta o una satisfacción profunda de ser quien somos.

Lo que sí es cierto es que cuando tu autoestima está por los suelos, cuando sientes que física, intelectual o emocionalmente no das para mucho, cuando te ves poco digna del amor de los demás… eres absolutamente incapaz de ver cuando otras personas te quieren.

Una sonrisa se convierte en una burla, una frase bonita se convierte en aquello que se dicen las amigas sin más intención que la de decirla, un mimo o un abrazo son simples formas de comunicación entre amigos y personas que se quieren pero no tanto.

Súmale a eso mi nulo cispassing, a mi identidad de género no convencional y a mi patológico miedo al rechazo, y ya podrás ver por dónde van los tiros.

Por suerte, no necesito de nadie para tener una vida plena y feliz. Tengo un ordenador, un móvil, una cámara y una gata que me ronronea al oído. ¿Para qué quiero humanos?

Ah, sí. Para eso.

Os va a parecer curioso, pero una de las cosas que más me rallan en la actualidad son las sonrisas de desconocidas. ¿Se van a reír de mí? ¿Me conocen de Twitter? ¿Les parezco mona? ¡Chi lo sá! En serio, no os cortéis; si queréis saludarme podéis hacerlo. ¡Nunca me viene mal una charla!
Lara Santaella
larasantaellafoto@gmail.com

Fotógrafa, escritora, traductora y diseñadora gráfica. Orgullosamente trans. Disponible para sesiones y encargos. ¡Pregúntame lo que quieras sin miedo!

No Comments

Post A Comment